קלאודיה אסא
.1
Sobreviví el verano.
El sol castigaba despiadado
abrasaba mis sentimientos.
Dividí entre nosotros, en partes iguales,
la temperatura.
Mi traje de baño rojo era tuyo
y el negro tuyo, mío.
El verano resecó el violeta de la lavanda,
el "vino superior" que bebí a nuestra salud
tiñó de rojo la cicatriz del tiempo.
Me hundí en una habitación climatizada con
"El subconsciente se abre como un abanico"'
y un jarro de limonada fría.
Mi sed de ti
como papel tornasol,
cambia en cada sumersión
de mi lengua en tu boca.
Cuando tu mano
ausente
se desliza
por el tajo de mi pudor
sólo un paso
entre mí y entre
el instante en retroceso.
.2
La noche se despliega como un hongo negro
si lo pruebo me hundiré en una alucinación.
Noche descabellada
podrás amarrarme con arreos
aprisionarme con sogas.
¡Salta!, gritas, ¡salta!
yo salto
caigo en la oscuridad.
¿Qué, me he perdido?
Llegué a una ciudad cuyo nombre no logro pronunciar
el taxista me explicó detenidamente las cosas de la vida
en un idioma que no comprendí,
en el mercado de arte adquirí un jarro frágil que no necesito,
y en el bar junto al puerto bebí
un refresco color banana sin saber que debía diluirse con un litro de agua.
Me emborraché de llanto
3.
Fascina ver el arco iris
desplegándose entre las gotas,
y parecería -
que dentro de un caos gris
estalla
una bengala luminosa -
"Génesis."
Todo comienza y culmina
en un punto diminuto
en mi mente,
que se expande en círculos concéntricos,
y contemplo el círculo lejano
desvaneciéndose, como aferrándome a él
hasta que desaparece.
Lo cruzo hacia ti,
sin saber si estoy
avanzando
o
retrocediendo.
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